Madre






Al ritmo de las gaitas, me alcé y entré en aquella danza hermosa que se estaba practicando un poco más allá de donde yo me encontraba sentada. Las voces de las mujeres y hombres sonaban al unísono, cantaban a la lluvia, al sol, a la tierra, a la vida y a su madre, la naturaleza. 

Con movimientos gráciles, me incorporé a su rito y sin darme si quiera cuenta, mis pies se movían al mismo son que los de los demás. Comencé a cantar y noté como mi voz fluía desde las profundidades de mi entrañas.  Todo a mi alrededor se convirtió en un medio para comunicarme con los ancestros, de los cuales yo había oído hablar tanto. Sentí como la magia fluía de mí hacia el fuego que nos envolvía y supe que dejaba de tener control de mi misma cuando mi visión fue más baja y mis sentidos aumentaron. 

Me había convertido en una loba, como ellos predijeron hacía semanas. ‘’En la próxima luna llena serás libre para correr entre el bosque, serás parte de la Madre, ella te acogerá en su seno como si cual cachorro y te hará libre de los rencores mundanos’’. Esas fueron sus palabras, nunca les habría creído cuando me dijeron que había sido bendecida con aquel don, jamás habría intuido que aquella tribu que me había acogido tendría la verdad sobre mi sino. 

La música seguía sonando y yo era parte de ella. El dinero, mi familia, el tiempo, el lugar y todo mi pasado se había convertido en un absoluto recuerdo. No sentía nada más que mis patas y mis nuevos sentidos hablando por mí. Corrí, eso sí lo hice.  Corrí tan lejos como pude. Entre aullidos y gritos. Entre nuevas sensaciones. Podía con todo. 

Me había convertido en la Madre.










Escrito con FAUN – Walpurgisnacht

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