Caí, caí y caí.







Me elevaste de la tierra, agria y seca.

Tu que eras cielo.

Los días fueron como primavera, todo a mi alrededor nacía y tenía color.

Comencé a sentir cosas que alguna vez leí. Era eso soñado que al fin había llegado.

Te mostré cada parte de mi alma, su agitación por ti... Él único capaz de producir estremecimientos en ella.

Tú, música que tus manos tocaban y tus ojos duraron tan poco cerca de mi.

Desde lo más alto, de ese maldito cielo, me soltaste.

Caí, caí y caí.

Pasé por la tierra, aún agria y seca, con todas esas personas sin mirar más allá de lo común.

Continúe con mí caída, ahora me pertenecía, debía encontrar un lugar a salvo para mí.

Tan así, que todo se volvió oscuro y frío.

Ya no siento nada, aún no se si me late el corazón o si me queda alma, es mi mente la que no deja paso a nada.




Esto soy yo, viviendo en los infiernos gracias al amor.

No hay comentarios :

Publicar un comentario